Debía tener sobre diez años cuando visitando el Salón Náutico de Barcelona junto a mi hermano, tuve conocimiento de la existencia de la regata Whitbread alrededor del mundo, mientras estábamos sobre la cubierta de un flamante Swan, como el que acababa de ganar la primera edición de la Whitbread Round the World Race (El mejicano Sayula II)
En la segunda edición de la regata (1977-78) yo tendría 13 años, quizá la época en que más puesto estuve sobre barcos. Conocía los más importantes barcos participantes en las regatas internacionales, oceánicas o no, tanto con tripulación alrededor del mundo como transatlánticas en solitario. La Admiral´s Cup, Whitbread, Ostar, Transat o la Copa América de los 12m FI.
Devoraba toda cuanta revista náutica o libro sobre el tema caía en mis manos.
Empezaba a navegar en crucero y por tanto esos barcos fueron los que más me marcaron, una forma de navegar y de entender la navegación a vela que fue mi referente, mi motivación.
Por eso cuando flaqueo en las ganas de navegar (pocas veces), o busco motivación, vuelvo a ver imágenes de esos navegantes y esos barcos.
Por ejemplo, una escena que me quedó marcada fue la llegada del holandés Flyer, ganador de esa edición 77-78, entrando en el Solent con viento fuerte de popa, rompe la driza del spi y rápidamente iza un big boy por sotavento y atangona un génova de puño alto por barlovento, mientras va dando campanadas de una banda a otra… qué final!
Imágenes para coger fuerzas para la próxima travesía… :-)
viernes, 27 de septiembre de 2013
jueves, 26 de septiembre de 2013
¡INCREIBLE! 34AC
He de reconocer mi recelo inicial ante la 34 edición de la
copa de la América, pero tras ver las primeras regatas tanto de la Louis Vuitton Cup como de la America´s Cup, mi idea
de que sólo se trataría de pruebas de velocidad sin apenas maniobras ni táctica
fue tornándose en interés.
Si bien es cierto que tanto táctica como maniobras son algo
diferentes a lo que estábamos
acostumbrados con los match race entre monocascos, estas están presentes en la
actual fórmula, con el aliciente de que todo ocurre mucho más rápido debido a
la asombrosa velocidad que desarrollan estos aparatos. Muy espectacular.
No obstante, después de seguir los primeros enfrentamientos
entre yankees y kiwis, pensé que los norteamericanos no estaban a la altura de
las circunstancias, dado el repaso que los neozelandeses les estaban metiendo.
Me equivoqué de nuevo. Al igual que años atrás, en los
mejores momentos de esta competición, me volví a enganchar de la regata. Los
americanos llegaron a pedir el día comodín para ajustar su barco y su actuación
y todo cambió. El catamarán estadounidense empezó a andar más que el
neozelandés y Spithill se volvió más agresivo y pícaro, mientras en ocasiones
Barker aparecía cándido e inseguro.
De todas formas con un 8-1 a favor de Nueva Zelanda, y
viendo como estaban navegando hasta el momento, nadie pensaba en que los kiwis
no lograsen una definitiva victoria más.
Pero se hizo realidad lo imposible y
el equipo americano supo superar la presión constante, progresando día a día
hasta forzar el empate para jugárselo todo a una última regata. ¡Emocionante!
Mis favoritos eran los kiwis, pero hay que reconocerle el
mérito al Oracle Team USA que han realizado toda una hazaña.
Muy buen trabajo!!! Felicitaciones al equipo
ganador de esta 34 edición de la America´s Cup.
Esta vez la copa queda en casa.
viernes, 6 de septiembre de 2013
34AC. Aguanta y Corre
Mañana comienza el show de la America´s Cup.
En esta edición no se sabe ya si va de gladiadores, equipos especiales de asalto, jugadores de futbol americano, personajes de videojuego, paracas o guerreros samurái…
Lo cierto es que es espectacular la velocidad que alcanzan estos catamaranes, más de cuarenta nudos, pero desde mi punto de vista es lo único espectacular. Las maniobras y la táctica han quedado en segundo plano.
Ahora se trata de “mariquita el último, si no nos dejamos los piños en el camino”.
Navegar a esas velocidades es intrínsecamente peligroso, de hecho ya hubo un tripulante muerto a bordo del Artemis, de ahí que lleven protecciones hasta en las pestañas.
En la gran final se enfrentarán los retadores neozelandeses (que siempre demuestran que pueden navegar bien en cualquier cosa y que ganaron a los italianos en la final de la Louis Vuitton Cup) contra los defensores norteamericanos del Oracle. Estos últimos ya empezarán con desventaja, pues han sido penalizados por hacer trampas con la expulsión de algún tripulante y con dos puntos menos, en una competición que se juega al mejor de nueve, por lo que los yankees tendrán que ganarle once veces a los kiwis si quieren quedarse con la copa… Difícil gesta.
Todas las tripulaciones han tenido que “aprender a navegar” de nuevo para cogerle el punto a estos aparatos.
Es espectacular, más que flotar vuelan y aunque también emplean el viento como energía propulsora, esto es otra cosa, otro juego.
En esta edición no se sabe ya si va de gladiadores, equipos especiales de asalto, jugadores de futbol americano, personajes de videojuego, paracas o guerreros samurái…
Lo cierto es que es espectacular la velocidad que alcanzan estos catamaranes, más de cuarenta nudos, pero desde mi punto de vista es lo único espectacular. Las maniobras y la táctica han quedado en segundo plano.
Ahora se trata de “mariquita el último, si no nos dejamos los piños en el camino”.
Navegar a esas velocidades es intrínsecamente peligroso, de hecho ya hubo un tripulante muerto a bordo del Artemis, de ahí que lleven protecciones hasta en las pestañas.
En la gran final se enfrentarán los retadores neozelandeses (que siempre demuestran que pueden navegar bien en cualquier cosa y que ganaron a los italianos en la final de la Louis Vuitton Cup) contra los defensores norteamericanos del Oracle. Estos últimos ya empezarán con desventaja, pues han sido penalizados por hacer trampas con la expulsión de algún tripulante y con dos puntos menos, en una competición que se juega al mejor de nueve, por lo que los yankees tendrán que ganarle once veces a los kiwis si quieren quedarse con la copa… Difícil gesta.
Todas las tripulaciones han tenido que “aprender a navegar” de nuevo para cogerle el punto a estos aparatos.
Es espectacular, más que flotar vuelan y aunque también emplean el viento como energía propulsora, esto es otra cosa, otro juego.
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