El inicio de una relación es siempre un proceso ilusionante.
Ir descubriendo poco a poco las virtudes y puntos débiles, profundizar en los
entresijos y comenzar a sentirse cómodo, a sintonizar y confiar el uno en el
otro.
En estas cosas ando ahora que he comenzado una relación con
un flamante 57 pies, casi 18 metros de velero elegante, robusto y muy bien
equipado con el que tendré que entenderme en adelante.
Así que como dijo Manquiña: “vamos a llevarnos bien…” ;-)
Capaz que sí…